El comportamiento esperable del bebé durante las primeras horas va transitando cambios fisiológicos y esperables, se encuentra en un período de adaptación donde necesita de un descanso reparador. Presenta necesidades fisiológicas y emocionales que necesitan de una mirada atenta para interpretar o decodificarlas, como dormir, alimentarse, autorregularse.

El impacto de los diferentes estímulos como las luces, sonidos, visitas pueden modificar su comportamiento, para ello recomendamos que sean graduales, permitiendo un espacio de intimidad con la familia.

Alimentación: 

Los bebés nacen con reservas y esto nos permite la posibilidad de tener una mirada respetuosa acerca de sus necesidades durante su proceso de aprendizaje. Lo que buscamos en las primeras horas es inmunizar al bebé con esas primeras gotitas de calostro para darle defensas, el mismo es suficiente y adecuado para sus requerimientos.

El calostro va en aumento a medida que el bebé adopte la succión, iremos aprendiendo las señales acerca de su libre demanda, ya que sus reservas irán disminuyendo y así comenzará la etapa de mayor demanda al pecho.

El proceso de establecimiento del vínculo entre madre e hijo y la lactancia lleva su tiempo, por eso es importante contar con el acompañamiento integral  a la familia durante  el proceso de lactancia y crianza con pediatras neonatólogos y puericultoras.

El sueño del recién nacido:

Para alcanzar un sueño seguro en el recién nacido es esencial el rol del acompañante de la madre y el recién nacido, ya que es un período de vulnerabilidad y dependencia, y requiere de la mirada atenta y un rol proactivo en los cuidados de ambos.

En el período de sueño recomendamos colocar al recién nacido en su cuna, en posición boca arriba, con las manos y cara libres, sin objetos tales como almohadas o niditos, colchón firme y recto, tapado desde el nivel de las axilas, en un ambiente ventilado y libre de humo de tabaco.

Traslado del bebé:

A pesar que los recién nacidos son una población con menor riesgo de caídas en comparación con la población adulta, es importante por su impacto prevenir las posibles situaciones de riesgo.

Nuestra recomendación es el uso de un dispositivo de retención infantil para que el bebé se encuentre protegido desde la salida de la habitación hasta el vehículo que lo transportará a casa.